martes, 31 de agosto de 2010

Capítulo 4

Camine directo a la escuela con la cara soñolienta como lo hacia todas las mañanas, escuche un pitido pero no voltee para ver de quien se trataba, probablemente no me pitaba a mí. Los estudiantes comenzaban a reunirse fuera y dentro de la escuela, cada quien con su grupo de amigos. Cruce los pasillos con rapidez tras dejar mis cosas en el casillero hasta llegar al aula, esperando con ansias a que la chica de lindos ojos y cabello castaño entrara. Y asi fue, cuando lo hizo se acerco a mí.

-No me saludaste hace unos minutos
-¿Qué? No te vi
-Lo sé, no volteaste cuando pite

Recordé aquel auto, el de hace unos minutos y mi rostro se encendió tras aquel recuerdo.

-“¿Eras tú?” Miley rio, en ese instante Kevin entro, mirándonos charlar juntos, con los ojos abiertos como platos “Lo sient…” Deje las palabras en el aire en el instante en que ella me miro fingiendo molestia, recordé lo que me habia dicho la noche anterior y sonrei.

Antes de que Kevin llegara a nuestro lado, Miley se sento en su lugar con una sonrisa en la cara, mi amigo quedo un tanto desorientado tras la reacción de Miley que empezo a reir mientras se levantaba del asiento debido a la cara del chico blanco. Ella se dirigió a la puerta cuando Cedric entro por esta, ambos se saludaron con un cálido beso en la mejilla y no fue hasta mucho después cuando me percate de que mis manos estaban cerradas en forma de puños, una fuerte punzada en mi corazón me asusto, estaba celoso.

-“¿Miley? ¡No lo creo!” Exclamo Rodrigo, atrayendo algunas miradas por parte de otras mesas en la cafetería, quería que la tierra me tragara en ese instante.
-Baja la voz, te van a escuchar
-“¿Cómo es su casa?” Había preguntado un chico de nuevo ingreso llamado Alex.

Mordí mi sándwich antes de contestar su pregunta.

-Gigantesca, es prácticamente una mansión y el jardín es enorme

En ese instante ella entro a la cafetería junto con una chica alta y de cabello negro llamada Demi y otra de estatura media, muy blanca y cabello rubio llamada Emily. Unos chicos a su alrededor voltearon por instinto, las tres eran bonitas pero Miley, ella se llevaba el premio sin duda alguna.
Permanecí la mayoría del tiempo mirándola e ignorando asi los comentarios estúpidos de mis amigos, que insistían en averiguar algo más de lo que habíamos hablado la noche anterior pero nunca mencione nada acerca de sus padres, por lo que se rindieron y comenzaron a platicar acerca de un libro que leíamos en el Taller de Lectura, se llama “Crónica de una muerte anunciada”* y era el favorito de Miley por lo que me empeñe en leerlo, utilizándolo para hacer platica con ella.

Las clases pasaron literalmente rápido. Mire como la manecilla del reloj chica se acercaba al número 12 y como la grande se acercaba al número 3, finalmente dieron las tres de la tarde y salí como rayo hacia el estacionamiento, durante el trayecto hacia el lugar Joe me alcanzo con paso rápido y me comento que le gustaba la mejor amiga de Miley, Demi. Aquella chica alcanzo nuestro paso mientras saludaba a Joe, me despedí de mi amigo y de la chica para dejarlos solos.
Mire alrededor en busca del auto de Miley o de ella, esperando no parecer muy desesperado ante sus ojos, alguien toco mi espalda y al voltear me encontre con ella, una sonrisa se dibujo en mi rostro. Sin duda alguna era la chica más bonita que había conocido, jamás me cansaría de mirar sus ojos, de perderme en estos.

Me arme de valor para decir lo siguiente.

-¿Estás ocupada esta tarde?
-“Bueno, tengo que hacer un proyecto con un chico de lindos chinos…” En ese instante comenzó a jugar con los chinos de mi cabello y mi corazón latía frenéticamente. “pero creo que puedo hacer una excepción, ¿porqué?” Dijo al final con una sonrisa.
-Podemos ir a tomar un café, yo invito
-“Hmm” Rasque mi nuca nerviosamente esperando a que ella emitiera una respuesta. “Está bien, acepto”

Una sonrisa se escapo de mi rostro sin poder evitarlo y me sonrio por igual. Ella encendió el auto justo en el instante en que yo cerre la puerta tras entrar y nos dirigimos a un café del centro de la ciudad que según decía Miley, era uno de los mejores de todo Washington. Apresure el paso para abrirle la puerta haciendo un reverencia, ella con una risita tonta entro al lugar e hizo lo mismo. Escogimos una mesa y cada quien se sento en los sofás minimalistas para una persona quedando asi, uno frente al otro. Ambos pedimos un frappé y esperamos a que el mesero se fuera para comenzar a hablar.

-“¿Asi que, tocas piano y guitarra?” Dije sorprendido en forma de pregunta cuando ella lo menciono “Espero que algún día puedas tocar para mi” No supe en que momento me arme de valor para mencionar aquello, ambos nos avergonzamos agachando la mirada.
-Tal vez, pero no le digas a nadie, es como un secreto
-No te avergüences de ello, es increíble poder tocar instrumentos, especialmente el piano
-“¿Tocas algo?” Pregunto llevando el popote a su boca, esperando mi respuesta.
-Sí, toco este café

Reímos débilmente, tratando de no llamar mucho la atención. No supe como logre articular esas palabras, jamás había sido un chico que hiciera reir a los demás pero con ella, las cosas cambiaban radicalmente, era especial.

-“Eres un tonto” Menciono con la cara completamente roja debido a la risa.

Sonrei como tonto tras su comentario y agache la mirada para ocultar la vergüenza de mi rostro, ella volvió a reir por mi reacción sintiendo como la sangre se mantenía aún en mis mejillas.

-“A partir de hoy contare las veces que te avergüenzas cuando estás conmigo, con esta ya llevamos dos” Mi cara se puso aún más roja tras su comentario.

Pedi la cuenta cuando terminamos y deje un billete sobre la mesa antes de salir, hice lo mismo que al entras, me adelante para abrirle la puerta y ella sonrio diciendo “Gracias”. Subimos a su auto pero no lo encendió, saco el celular de su bolsa para ponerlo dentro de la guantera. Ella probablemente me llevaría a casa, tenía que buscar otra excusa para pasar más tiempo con Miley.

-¿Quieres ir a otra parte?
-“No quiero que gastes todo tu dinero en mi” Menciono encendiendo el auto finalmente.

Piensa Nick, piensa.

-Quiero conocer la ciudad, ya sabes que soy nuevo aquí, yo pago la gasolina
Ella sonrio.
-No, me invitaste un café, ahora es mi turno, yo te doy un “tour”

Sonrei y en el fondo suspire de alivio.

Ella pasó por lugares “importantes”, si es que a un centro comercial y a una tienda de ropa se le puede llamar importante, pero no me importaba, era como un tour de todo lo que le gustaba a Miley por lo que lo hacía aun mejor, ahora sé que lugares le gustan sin tener que haber preguntado. Finalmente pasamos frente a la Casa Blanca pero dijo que ese lugar no es mejor que el centro comercial. Solté una carcajada debido a lo último.

-Tengo que dejarte, es un poco tarde
-No, te acompaño a tu casa y yo me regreso
-“¿Porqué te preocupas tanto por mi?” Pregunto Miley sin dejar de mirar hacia adelante.

Agache mi cabeza para comenzar a jugar con mis dedos.

-No lo sé pero, no te irás sola

Ella rio.

-Eres peor que mi padre, ellos siquiera se preocupan por mí
-Si se preocupan pero, son personas ocupadas

Tras llegar a la casa de Miley, nos despedimos con un cálido beso en la mejilla, sintiéndome al caminar un tanto desorientado debido a sus labios. Camine hasta encontrar un taxi que me llevara a casa, contando la cantidad de dinero que me quedaba. Al llegar salude a mis padres y fui directo a mi habitación, pensando en ella, siempre en ella.

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